domingo, 6 de junio de 2010

Desarrollo retardado del lenguaje

La comunicación oral constituye un aspecto esencial para el desarrollo integral del niño, a ella se vincula, en gran medida, el desarrollo del pensamiento, la memoria, la imaginación, la capacidad de aprender, de conocer el medio que le rodea y de aprender a transformarlo.

El tres por ciento de los preescolares presentan retardo en el lenguaje, aunque su inteligencia corresponde a un nivel promedio o superior. Los niños son más propensos que las niñas al hablar tardíamente. No está claro por qué algunos niños se demoran en hablar. Y no es necesariamente porque carecen de estimulación lingüística en el hogar. Esos niños pueden tener una limitación cognoscitiva que les dificulte aprender las reglas del lenguaje

Algunas investigaciones actuales buscan problemas en la representación rápida. Los niños con demoras en las habilidades del lenguaje necesitan escuchar una palabra nueva más a menudo que otros niños antes de poder incorporarla en su vocabulario. La herencia juega un papel en los casos más severos de retardo del lenguaje.

Muchos niños que hablan tarde, en especial quienes tienen comprensión normal, a la largan igualan a los demás. Por esta razón, el desarrollo retardado del lenguaje puede tener consecuencias cognoscitivas, sociales y emocionales de largo alcance. Los niños que muestran una tendencia inusual a pronunciar mal las palabras a los 2 años, que tienen un vocabulario limitado a los 3, tienen problemas para nombrar objetos a los 5, más adelante pueden tener dificultades para la lectura. Los niños que no hablan tienden a recibir juicios negativos de los adultos y de otros niños y a tener problemas para encontrar compañeros de de juegos o amigos. Los niños considerados como no inteligentes o inmaduros pueden apropiarse de esas expectativas y su autoimagen puede verse lastimada.

La terapia del habla y del lenguaje para los niños con un desarrollo retardado del lenguaje debería empezar con la evaluación profesional del niño y su familia. En una técnica llamada “lectura de dialogo”, la lectura de libros con ilustraciones se convierte en un verdadero vehículo para el dialogo entre padre e hijo acerca de la historia. Niños de 3 a 6 años con demoras del lenguaje leve a moderadas, cuyas madres fueron entrenadas en la lectura de diálogo mejoraron más que un grupo de comparación cuyas madres fueron entrenadas para usar principios similares al hablar con sus hijos pero no acerca de libros.

Desarrollo de la memoria

A menudo la memoria es comparada con un sistema de archivo que tiene tres pasos o procesos: codificación, almacenamiento y recuperación. La codificación: es el proceso de preparación para el almacenamiento, para ser más fácil de encontrarla cuando se necesite. El almacenamiento guarda la información para usarla en el futuro. La recuperación, ocurre cuando se tiene acceso a la información o se recupera del almacenamiento en la memoria.

Durante la niñez temprana, los niños muestran un desarrollo significativo de su memoria. Tanto en los niños de esta edad como en los adultos existe una diferencia entre el reconocimiento y el recuerdo. El reconocimiento es la capacidad para identificar algo ya conocido y que vuelve a verse (por ejemplo, distinguir entre un grupo de imágenes cuáles se había visto antes).

Reconocimiento y recuerdo

Reconocimiento: es la habilidad para identificar algo que se ha encontrado antes. El recuerdo: es la capacidad para evocar el conocimiento de algo que está en la memoria, como describir una imagen que ya se ha visto antes sin que esté presente en ese momento. A cualquier edad resulta más fácil reconocer que recordar.

Cuanto más familiarizados estén los niños con los objetos, mejor pueden recordarlos. También pueden recordar mejor el material cuando los objetos parecen tener una relación entre sí. Por ejemplo, una mesa y una silla.

Los niños recuerdan mejor cuando están motivados para dominar destrezas en general. La motivación hacia la destreza hace referencia a la tendencia de un niño a ser independiente, utilizar estrategias para resolver problemas y tratar de realizar tareas difíciles.

En una investigación en la que se observó lo que los niños hacían con diversos juguetes, se vio que los niños que utilizan determinados objetos tienen más probabilidad de recordarlos. Por ejemplo, los niños que dieron un nombre, agruparon o dedicaron tiempo a pensar o repetir los nombres de los juguetes (es decir, utilizaron estrategias para ayudarse a recordar) recordaron mejor que quienes hicieron menos de estas actividades. La memoria prospectiva: es la habilidad para recordar que debe hacer algo en un momento posterior como por ejemplo llevar un libro a la escuela.

Formación de los recuerdos de la niñez

La memoria sobre experiencia de la niñez temprana rara vez es deliberada: los niños pequeños simplemente recuerdan los eventos que les causaron una fuerte impresión y la mayoría de esos primeros recuerdos son permanentes.

Es probable que el recuerdo más antiguo que tenga una persona sea de algo que ocurrió cuando tenía al menos tres años de edad. No obstante, aunque algunas personas tienen recuerdos vívidos desde los tres años, otras no recuerdan nada anterior a los ocho años. En la niñez temprana, los niños no tratan de memorizar a propósito, pero recuerdan sucesos que les causaron una impresión particular. La mayor parte de los recuerdos son de corta duración y no suelen recordarse en etapas posteriores de la vida.

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